ELECCIONES PRIMARIAS EN LOS PARTIDOS POLÍTICOS
La Constitución española, en su artículo 6, dispone que "Los partidos políticos expresan el pluralismo políticos, concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular y son instrumento fundamental para la participación política. Su creación y el ejercicio de su actividad son libres dentro del respeto a la Constitución y a la Ley. Su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos".
De la lectura del precepto anterior hay dos cosas que, por diferentes razones, me llaman poderosamente la atención: una, el carácter de "instrumento fundamental para la participación política" que se atribuye a los partidos políticos, y, dos, cuando se prevé que su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos.
En el primer caso, me resulta un tanto exagerado el hecho de que la Constitución asigne a los partidos políticos la consideración de instrumento fundamental para la participación política. Probablemente, ello sea debido a que tras el régimen franquista, en el que cómo bien es sabido no existían partidos políticos, se quisiera consolidar un sistema de partidos para hacer funcionar nuestra incipiente (entonces) democracia. Sin embargo, me parece que transcurridos los años no fue tan buena idea haber atribuido ese carácter tan fundamental a los partidos políticos, puesto que lo fundamental se ha vuelto omnicomprensivo y hoy en día, lamentablemente, no existe participación política ciudadana más allá de los partidos políticos, con todo lo que supone de infrarepresentación de la sociedad civil (articulada a través de asociaciones, colectivos, etc.) en las esferas de decisión pública, contribuyendo así a la consolidación de la partitocracia imperante.
En el segundo caso, que aún me parece más importante si cabe, es la falta de adecuación entre la realidad de los partidos con las previsiones del constituyente respecto a lo democrático de su estructura interna y funcionamiento. Especialmente, hay un aspecto en el que se pone de manifiesto esta discordancia, y es el de la elección de los candidatos de los partidos políticos. Se trata de un aspecto fundamental para medir el nivel de democracia interna de un partido político, y su expresión más conocida consiste en las elecciones primarias en las que los militantes del partido políticos votan al candidato que consideran más idóneo para unas elecciones determinadas, entre los que se presentan a tales elecciones primarias.
Pues bien, estas elecciones primarias, presentes en países como los EE.UU., resultan en nuestro país prácticamente una utopía puesto que no se producen, y cuando se han producido han resultado una experiencia lamentable en el que se ha puesto de manifiesto una vez más el poder de los "aparatos" de los partidos, por contraposición a la "masa silenciosa" militante cuya opinión es contraria, en muchos casos, a la expresada por los dirigentes, que, sin embargo, cuentan con el respaldo de otros actores del proceso político no siempre bien identificados (prensa, poder económico, etc.).
El análisis del nivel de democracia de los partidos políticos podría ser una de las acciones más interesantes que podrían desarrollar los "foros cívicos de pensamiento democrático".