Tuesday, August 01, 2006

RECAPITULANDO CONCEPTOS

Después de una larga pausa en la actividad de este humilde blog, tengo un momento de tiempo para escribir alguna consideración a propósito de lo que algunos anónimos lectores han escrito en las entradas anteriores.

Francamente, resulta reconfortante ver cómo la mayoría de las personas que escriben algún comentario dicen cosas bastante agudas a propósito de lo que he escrito hasta ahora. No sé si voy a tener tiempo para responder a todos, pero si no lo hago ahora lo haré en los próximos días.

Empiezo por el último comentario a la entrada anterior, efectuado por jdj. Desde luego no te falta razón en lo que dices, pues siempre parece mayor la legitimidad de una organización que se presenta a unas elecciones que la de una organización que no pasa por ese filtro.

Sin embargo, se me ocurre alguna consideración acerca de lo que dices:

1º.- Pocas asociaciones de la sociedad civil tienen capacidad de negociar de tú a tú con los órganos cuya legitimidad proviene de unas elecciones. Sólo se me ocurren los sindicatos y las entidades representantivas de intereses profesionales, económicos, etc. En los demás casos, las asociaciones de la sociedad civil tienen sólo participan en órganos de carácter consultivo.

2º.- No creo que las elecciones sean una fuente de legitimidad incuestionable, pues el programa con el que se presenta un partido político raramente es cumplido por éste. Entonces, al final las elecciones se convierten en un mero cheque en blanco en favor de uno u otro partido político, que puede desembocar en unas consecuencias no deseadas por los propios electores de los diferentes partidos políticos.

Por eso, yo creo que hay que perfeccionar el sistema electoral para mejorar la representatividad de los electos hacia sus electores, debiendo introducirse a su vez más mecanismos de democracia directa que faciliten la participación de los ciudadanos en los asuntos públicos, es decir, en sus asuntos.

1 Comments:

At 8:40 AM, Blogger Juan de Juan said...

Sí, Mateo. Tienes razón, en gran parte. Aunque, a mi modo de ver, no es exactamente como tú lo planteas.

En España, como en cualquier otro país democrático, las normas, cuando no lo son, pasan por un periodo de diseño en el que son oídas, con mayor o menor intensidad, las voces implicadas en lo regulado. Así, por ejemplo, cuando se elabora una ley de derechos del consumidor, las organizaciones de consumidores participan,, en ocasiones muy intensamente, en las discusiones de su entorno.

Pues bien: hay un ejercicio muy sencillo, en este caso, que consistiría en exigir a las organizaciones de consumidores que entregasen, cada año, las actas auditadas de sus ingresos de cuotas, que demostrasen el nivel de asociación que llevan detrás. Y no se hace (ni aquí ni casi en ningún lado). De esta manera, la democracia se pone un pañuelo en los ojos; no quiere ver que está negociando con organizaciones que a lo mejor tienen unos pocos cientos de afiliados.

Respecto del sistema electoral, no sólo respeto, sino que comparto tu opinión. Las circunscripciones electorales deben ser lo más pequeñas posibles; y no debe haber un programa electoral, sino tantos como circunscripciones. Soy partidario de que los diputados cobren cinco veces lo que cobran y puedan, con ello, sostener auténticas oficinas de atención al elector. La democracia empieza el día que, como votante, sabes que hay un tipo que ha recibido tu apoyo para asimismo apoyar los postulados de su formación, pero que te da algo a cambio. A ti, no a la difusa colectividad de españoles que bla, bla, bla.

 

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